martes, 6 de noviembre de 2007

La lactancia materna

Cada vez son más los estudios que demuestran las ventajas de la lactancia materna frente a la artificial: desde una mayor protección frente a diversas enfermedades -más defensas-, hasta una aumento de la inteligencia (según acabo de leer en http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/lactancia_aumenta_inteligencia_1989338.htm ), sin olvidar, claro está, el estrecho vínculo que se establece entre madre y bebé y los beneficios psicológicos que para ambos conlleva siempre que se realice de forma adecuada: buena postura, intimidad, tranquilidad...
Aún así veo que algunas madres siguen "tirando la toalla" fácilmente y optan por el biberón porque "no tienen suficiente leche". Aunque es verdad que a unas nos cuesta más que a otras,
quizas mi propia experiencia ayude a las primerizas a que no caigan en este error:
Cuando nació mi primera hija la ponía en el pecho más o menos siguiendo las indicaciones del pediatra, las abuelas y las enfermeras: cada tres horas y aproximadamente no más de diez minutos por pecho. Resultado: la cría lloraba mucho antes de que "le volviera a tocar" a veces apenas una hora más tarde de mamar volvía a estar berreando. Además no aumentaba de peso al ritmo satisfactorio por lo que el pediatra me sugirió combinar con lactancia artificial porque yo no producía sufuciente leche. Cuestión, que estuve seis meses dando primero el pecho y luego un poco de biberón en cada toma (doble trabajo) pero mientras la chiquilla siguiera agarrándose...

Después he tenido dos hijos más y con la experiencia que tenía ya no volví a "caer en la trampa".
Pues resulta que para producir mucha leche hay que dejar que el bebé succione cada vez que lo pida, especialmente los primeros días, aunque sea cada media hora, hasta que se ponga en marcha "la fábrica" a todo rendimiento, y llegados a este punto las tomas comienzan a espaciarse pues el niño se sacia cada vez más.

Si que es verdad que si tanto se les pone al pecho al principio pueden aparecer las estrías, pero si se mantiene una buena higiene de la zona sólo duran los primeros días. Por cierto, que lo mejor para curarlas es untar los pezones con un poco de la propia leche después de cada toma pues tiene propiedades antisépticas.

Resumiendo: no hagas caso de los clichés de horarios y tiempos que aún puede que alguien te quiera endilgar. Sigue tu instinto -y el del bebé- y si crees que llora por hambre (llora sin parar , se succiona los puños, etc.) no dudes en ponértelo al pecho.
Con la lactancia le haces un gran bien y te lo haces a ti misma.

Si quieres saber más del tema visita la página de Liga de la Leche: http://www.laligadelaleche.es/lactancia_materna/index.htm

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